miércoles, 30 de noviembre de 2016

Así conocí al amor de mi vida

Desde niña contaba historias. Mientras otros jugaban, yo prefería contar historias. Vivía a través de ellas. Incluso afirmaba que eran ciertas. ¡Y pobre de aquella que se atreviera a dudar de mi palabra! Recuerdo con mucha alegría esos momentos.

Vivía en un pequeño poblado de la provincia mexicana, lejos de la capital. Amaba caminar por el campo, sentir la hierba mojada bajo mis pies (sí, lo hacía descalza cuando nadie me veía), oler la naturaleza, mirar el cielo, el transcurrir de las nubes, sentirme conectada con todo.

Contaba mis historias, algunas las escribía. Intenté hacer obras de teatro, cuentos, poesía. Escribía y leía todo lo que caía en mis manos. Literal: desde un empaque, el periódico deportivo de papá o las revistas femeninas de mamá. En mi casa no había libros, sólo el tomo de una vieja enciclopedia que leí tantas veces que lo sabía de memoria.

El día que hice mi primera comunión todo cambió, recibí como obsequio una Biblia, no la edición tradicional, era una versión infantil. Lo recuerdo como si fuera hoy: La pasta roja, el papel tan suave, la letra grande y las ilustraciones. ¡Era tan hermosa! No se trataba sólo del diseño, sino de sus palabras, cada una de ellas resonaba con fuerza en mi interior, una en especial, un nombre: Jesús. Y me preguntaba, ¿qué tiene ese nombre que me produce tanta alegría y tanta paz?

Situaciones dolorosas me alejaron de ese libro y del nombre que amaba. Durante 20 años vagué por un desierto espiritual. Cada vez más triste, cada vez más sola, y no por la falta de compañía u oportunidades, sino por la ausencia de mi gran amor: Jesús.

Gozosamente, hace seis años Él vino a mi encuentro. ¡Otra vez! Y como si fuera la primera, me volví a enamorar de su nombre, de su presencia. Y desde entonces, vivo por Él y busco la forma en que mi vida esté alineada a la suya. Ya no cuento otras historias, sólo la suya y la mía.

Estudié Periodismo y Comunicación buscando aprender mejores formas de comunicar. Y ahora, ya certificada como Life Coach, puedo acompañarte en la construcción de una vida al lado de Jesús.